Los fragmentos de hielo seco (dióxido de carbono) del polo sur de Marte permitieron a los científicos estadounidenses encontrar una posible prueba de que antes en el planeta podría haber habido grandes cantidades de agua líquida.
Actualmente la atmósfera de Marte parece considerablemente hostil, pero en épocas anteriores era aún más dura: más tormentosa y polvorienta. Sin embargo, precisamente en estas condiciones el agua líquida podría haber persistido en más regiones de la superficie marciana, según un reciente estudio publicado en la revista Science. Los estudios previos sugerían que bajo la capa de hielo seco se encontraba agua líquida. Pero un equipo de investigadores, encabezado por el profesor Roger J. Philips, ha analizado las mediciones del radar del orbitador de reconocimiento de la NASA y llegó a la conclusión de que en el polo sur hay 30 veces más dióxido de carbono de lo que se creía y que antes esta sustancia podía encontrarse en la atmósfera.
Hace cuatro años, el investigador mostró con sus cálculos que los Viking habrían podido pasar por alto la existencia de vida en Marte, debido al nivel técnico de sus laboratorios. Ahora Navarro González sostiene que el mismo planeta rojo podría haber ‘engañado’ a las sondas terrestres. El perclorato, un ion de cloro y oxígeno, se convierte en oxidante cuando se calienta. El investigador mexicano, junto a colegas del Centro de investigaciones de Ames, EE. UU., tomaron el suelo del desierto de Atacama como ‘modelo’ de la superficia marciana, lo mezclaron con los percloratos y lo calentaron, como en los experimentos de los Viking. De la misma forma que como sucedió con las sondas en Marte, el suelo chileno liberó el dióxido de carbono, y dejó como huellas el clormetano y diclormetano.
Al mismo tiempo, las reacciones destruyeron todas las huellas de compuestos orgánicos complejos. Los Viking tampoco las pudieron encontrar, lo que parecía muy extraño, porque tales compuestos se encuentran incluso en los meteoritos. Aunque la nueva teoría no puede responder definitivamente a la pregunta “¿Hay vida en Marte?”, muestra que lo que anteriormente se interpretó como un indicio negativo, ahora puede considerarse positivo. De todas maneras, para comprobar la posible existencia de los compuestos orgánicos en el planeta rojo y averiguar si tienen procedencia biológica o no, harán falta nuevas expediciones
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