Buzos especializados en rescates en cuevas marinas corren una carrera contra el tiempo para hallar sobrevivientes en el armazón del crucero Costa Concordia, otrora una ciudad flotante con un laberinto de salones, camarotes, restaurantes, casinos y teatros, que naufragó frente a la costa italiana el viernes. El intenso oleaje del lunes causó un leve deslizamiento del gigantesco crucero, de 290 metros de largo, de las rocas en las que está sostenido, lo que forzó a una suspensión de dos horas de las operaciones de rescate.
"Si el barco se mueve cuando los buzos están adentro sería sumamente peligroso", dijo el ministro de Medioambiente italiano, Corrado Clini. Los buzos esperan hallar supervivientes en las bolsas de aire en las áreas sumergidas. También llevarán a cabo la lúgubre tarea de localizar los cuerpos de quienes no pudieron ser rescatados a tiempo. Las autoridades decidieron el lunes no permitir las operaciones de rescate por la noche debido al mal tiempo. Los pronósticos dicen que el clima desmejorará, y se emitió un alerta de marea alta para el jueves. Aún se habla de 29 desaparecidos, pero la lista no está confirmada. Ya rescataron 6 cuerpos.
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