Unas 30 mil personas salieron a protestar por las calles de la capital belga para protestar contra la política de austeridad del gobierno socialista, que incluye la congelación de los salarios y la reducción de las ayudas sociales durante 2013 y 2014. Sin embargo, los tres mayores sindicatos del país, organizadores de la marcha, estimaron que la participación en la protesta fue mayor, de unas 40 mil personas.
Los manifestantes cruzaron el centro de Bruselas sin que se registraran incidentes importantes, aunque el funcionamiento de los transportes públicos resultó muy afectado. Argumentaron que el poder adquisitivo de la población está amenazado por la decisión del gobierno del primer ministro de Bélgica, Elio Di Rupo, de congelar los salarios y las ayudas sociales, en especial para los desempleados. Pidieron la anulación de esa medida, además de un aumento del salario mínimo de 1.5 mil euros y una reforma fiscal que permita un sistema de imposiciones "más justo y progresivo". Una nueva manifestación está prevista para el 14 de marzo, día en que los gobernantes de la Unión Europea estarán reunidos en Bruselas para su cumbre periódica.
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