Reporteros y equipos de Noticias de ABC, CNN, CBS, NBC, de cadenas de radio y prensa independiente, abandonaron desde ayer la zona del desastre. Ocurre que la información no sale al mundo, que se queda entre tinteros pero la agonia de un final, ya se está viendo.
Los esfuerzos desesperados por enfriar el reactor 3 , acuerdense que estaban enfriando el 4, aún a costa de la vida de los pilotos, es para evitar que explote y en el aire empiezen a circular partículas hirvientes de radiación. Si ésta ya ha alcanzado los 300 km (Tokio está a 230) , en el momento que estallaran y de acuerdo a la época del año, los vientos normales desplazarían la radioactividad hacia el noroeste, la zona que quedó devastada por el terremoto. En caso contrario, se desviarían hacia el sur (como está sucediendo) donde se encuentra Tokio. No es cierto que se lleva una vida normal ni que las personas no saquean los supermercados. Tan solo no hay comida en los mercados, ni medicinas (yodo por ejemplo) y en lugares tan remotos como China tampoco hay sal . El terror está presente. Como dije, es una agonía final y no se sabe cuánto vayan a soportar los extranjeros que los están apoyando.
Autoridades japonesas han informado hace pocos minutos a la Agencia Internacional de Energía Atómica de las Naciones Unidas, AIEA, que un grupo de ingenieros han sido capaces de conectar un cable externo en el reactor 2 de la planta nuclear afectada. Según la información de la agencia internacional, con este cable se podría reinstalar las bombas para inyectar agua y enfriar el reactor nuclear que mantiene al mundo en vilo. El plan, según la AIEA, es lanzar agua con esta fuente de energía al reactor 3.
Autoridades de Corea del Sur, Australia y Nueva Zelanda hicieron recomendaciones similares a sus connacionales, sin embargo el gobierno nipón continúa afirmando que por ahora los niveles de radiación no representan ningún riego para la salud humana. Expertos confirmaron que hasta esta noche, la radiación en tono a Fukushima sigue siendo alta y alcanza los tres mil microsieverts por hora, frente a los mil microsievert al año que se consideran seguros para la salud humana.
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