Decenas de focas anilladas han aparecido muertas en la costa de Alaska víctimas de una extraña enfermedad. Han estado llegando desde el pasado mes de julio por sí mismas a la costa a un ritmo acelerado con el paso de los meses. Los síntomas incluyen lesiones sangrantes en las aletas posteriores, piel irritada y pérdida de pelo, los biólogos creen que podría tratarse de un virus.
Varios expertos han advertido de que este brote podría no limitarse a la especie de las focas anilladas, toda vez que también han aparecido morsas muertas con lesiones similares en la costa noroeste de Alaska. Por su parte, los cazadores de focas han asegurado que hallado lesiones parecidas en dos focas barbudas. Las focas anilladas y las barbudas, así como las morsas del Pacífico, dependen del hielo marino del verano boreal y sufren el impacto del rápido calentamiento en el océano Ártico, según las agencias federales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario