lunes, 21 de mayo de 2012

ASESINO INSTITUTO BRINDISI ITALIA


EFE

Las imágenes no dejan dudas. No fueron tres bombas para asustar que debían estallar de noche pero se retrasaron por error: el asesino las accionó con un mando a distancia en el mismo lugar y apretó el botón cuando llegó un autobús de las alumnas. Ese hombre, de entre 50 y 55 años, que no parece extranjero, con chaqueta oscura, pantalón claro y zapatillas deportivas, vio a sus víctimas desde unos veinte metros y decidió que murieran al entrar a clase a las 7.45 horas. El móvil de la masacre, que podía haber sido peor minutos después con la llegada masiva de estudiantes, es un misterio. Pero la Fiscalía de Brindisi ya da prioridad a la tesis de «un hombre aislado». Cree «altamente improbable» que sea obra de la Mafia.


En las imágenes, captadas por dos cámaras de un quiosco y que tal vez se difundan próximamente, se ve al criminal que acciona el mando y se aleja. Sería un dispositivo que activa un sensor en los artefactos, que explotan ante el primer movimiento cercano. Habría sido encendido instantes antes del paso de las chicas. Es decir, parece descartarse también que el objetivo fuera alguien en particular. Las bombas eran tres bombonas de gas ocultas en un contenedor, colocado en la entrada del instituto, quizá poco antes del atentado. Aunque un testigo dice haber visto a un hombre que movía un contenedor a las dos de la mañana. Según el periódico Il Corriere della Sera, la persona a la que interroga la policía "habría sido traicionada por tener una mano herida y claramente visible en el vídeo tomado delante de la escuela". El hombre, que cobra una pensión por invalidez, redondea sus ingresos reparando televisores, según el diario italiano.

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