Uno de de los sensores de los astronautas de dióxido de carbono dejado de funcionar
Los astronautas habían DEJADO una antena de comunicaciones y comenzaron a trabajar en un sistema de refrigeración de amoniaco. La misión de hoy era el control la primera de las cuatro caminatas espaciales de los astronautas del Endeavour fuera de la Estación Espacial Internacional antes de que uno de sus sensores de dióxido de carbono dejado de funcionar. Andrew Feustel y Gregory Chamitoff estuvieron casi cinco horas en una rutina planeada caminata espacial de seis horas y media, cuando los funcionarios sobre el terreno cuenta de que el sensor del traje espacial Chamitoff no estaba funcionando.
La NASA necesita saber si los niveles de dióxido de carbono - expulsados al respirar - son muy altos.
Los niveles probablemente no fueron demasiado altos, pero la decisión fue tomada debido a la falta de información. A estas alturas, ya estarán dando su 6to paseo fuera de la nave. Deben solucionar cualquier problema antes de planear el aterrizaje, sobre todo por el percance en su elevación.
Varias losetas de carbono del escudo térmico del transbordador espacial Endeavour han resultado dañadas tras impactar contra el vientre de la nave desechos espaciales durante su ascensión hacia la Estación Espacial Internacional (ISS, por sus siglas en inglés) el pasado lunes, informó ayer LeRoy Cain, jefe del equipo técnico responsable de la misión. La NASA no dispone aún de suficientes datos sobre los posibles daños, Especialistas de la Agencia Espacial estadounidense trabajan en el análisis de las imágenes del Endeavour, con el fin de determinar si es necesaria una salida de los astronautas de la ISS para reparar el escudo térmico en órbita antes de proceder a su regreso a tierra.
Los impactos registrados en el escudo térmico son siete en total, «pero los análisis se están centrando en tres de ellos». Minutos después del lanzamiento del Endeavour con seis astronautas a bordo el pasado lunes, Bill Gerstenmaier, responsable de operaciones espaciales de la NASA, informó de que dos minutos después del despegue se desprendieron del tanque externo del transbordador «varios trozos pequeños de espuma aislante, lo que no parece representar un riesgo».
La opinión pública recuerda todavía algo que la NASA jamás olvidará: la muerte de siete astronautas cuando se desintegró en vuelo el transbordador Columbia, el primero de febrero de 2003, durante su reentrada en la atmósfera terrestre. El problema fue el mismo. Varias losetas del escudo térmico, en el borde de ataque de un ala, habían resultado dañadas durante el despegue, y la nave estalló en mil pedazos cuando faltaban apenas dieciséis minutos para su aterrizaje.
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