Estados Unidos ha retirado casi todo financiamiento a su agencia espacial NASA, y ha re-dirigido billones de dólares a las constructoras de aviones espaciales privados, como la super secretar constructora de cohetes Blue Origin, para la construcción de una gran flota Estadounidense de vehículos tripulados y no tripulados armados con fuego de laser para patrullar el espacio exterior de la atmósfera terrestre, pero cuyo trabajo permanecerá desconocido al pueblo Estadounidense porque, las compañías privadas, aún cuando sean financiadas por el gobierno, no están obligadas a la Ley de Libertad de Información (FOIA) (Nota: La semana pasada la Armada anunció su primera exitosa prueba de armas de láser).
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