Cuando una ballena gris fue detectada el año pasado frente al poblado israelí de Herzliya, los científicos llegaron a una conclusión sorprendente: debió haberse trasladado desde la ruta cubierta de hielo arriba de Canadá, donde el clima cálido abrió un canal por breve tiempo tres años antes. En el plano microscópico, los científicos también encontraron plancton en el Atlántico Norte donde no había existido durante al menos 800 mil años.
La odisea de la ballena de 13 metros (43 pies) de largo y la aparición sorpresiva del plancton indican una migración de especies a través del Paso del Noroeste, una señal preocupante de las repercusiones del calentamiento global en los animales y las plantas en los océanos, así como en la tierra. Los expertos señalan que se trata del neodenticula seminae, un plancton microscópico que quedó extinto hace miles de años en el Atlántico Norte pero que está otra vez presente al conseguir pasar desde Pacífico por la gran reducción del hielo. Si bien esta alga diminuta es fuente de alimento, no es bien recibida por los expertos, pues afirman que cualquier cambio en la base de la red alimentaria podría, al igual que un terremoto, modificar la actual vida marina del Atlántico.
"Las implicaciones son enormes. Se ha cruzado un umbral", dijo Philip C. Reid, de la Fundación Alister Hardy para las Ciencias del Mar en Plymouth, Inglaterra. "Se trata de una señal de la velocidad de las variaciones que están ocurriendo actualmente en nuestro mundo debido al cambio climático", afirmó en entrevista telefónica.
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