La sonda interplanetaria Cassini de la NASA, ESA y la Agencia Espacial Italiana, que desde 2004 investiga el sistema de Saturno, ha captado indicios de que en las profundidades de uno de los satélites del planeta se encuentra un océano de agua salada, donde las condiciones podrían favorecer la existencia de vida, informa la revista Nature. En 2005 la sonda Cassini halló en Encélado, el sexto satélite por su tamaño de los 19 de Saturno, chorros de partículas de vapor hídrico y hielo, que salían al espacio cósmico a través de surcos paralelos cerca del Polo Sur del cuerpo celeste, las llamadas ‘rayas de tigre’.
Los científicos examinarion varias hipótesis: unos sostenían que bajo la superficie de Encélado existía un océano con agua salada y otros opinaban que los chorros se formaban a partir de las fuentes secas, incluida la sublimación del hielo seco (CO2 congelado). La composición química del hielo que proviene de Encélado quedó clara en 2009, cuando los científicos analizaron el anillo E, uno de los anillos de Saturno, formado por partículas de hielo escapado, pero no se reveló su origen.
Cuando en la cáscara helada del cuerpo celeste se forman grietas, la presión bajo la superficie baja bruscamente y el agua empieza a evaporarse y escapar al espacio, donde se congela. Las capas de hielo por fin tapan las grietas y la evaporación se suspende hasta la aparición de una nueva fisura.
No hay comentarios:
Publicar un comentario