En medio de la crisis económica en la que miles de estadounidenses están luchando por sobrevivir, las autoridades locales de EE. UU. no se sienten satisfechas con la polémica ley federal HR 347 que penaliza las protestas y han ido más lejos en sus aspiraciones de reprimir la voluntad de sus ciudadanos: ahora prohíben dar comida a los pobres y a los sin hogar al aire libre.
Filadelfia y Houston son dos ciudades grandes que están impulsando considerables limitaciones de la voluntad personal de sus ciudadanos de ayudar a los pobres. El 14 de marzo el alcalde de Filadelfia, Michael Nutter, anunció la prohibición por ley de alimentar a los sin hogar y la gente necesitada al aire libre. Según Nutter, alimentar a los sin hogar en los parques viola las condiciones sanitarias. Pero los activistas están convencidos de que la verdadera causa del Gobierno de Filadelfia es limpiar la zona turística de los desamparados.
La normativa entrará en vigor dentro de 30 días. Los que violen la ley recibirán dos advertencias y luego tendrán que pagar una multa de 150 dólares. Houston también ha anunciado que está elaborando su propia ley que prohibirá dar comida a los necesitados.
"Estuve entre los 24 arrestados en Orlando, Florida, en junio de 2011 por haber repartido comida a un grupo de pobres en lo que resultó ser una violación de la ley de alimentación de un amplio grupo de gente (‘large group feeding law’). Cuando me arrestaron por segunda vez, pasé 17 días tras las rejas. Pagué 1.000 dólares de multa por mi ‘delito’”, contó a RT el activista Keith McHenry del movimiento Food no bombs.
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