El objetivo de la nave Siloe fué aproximarse a Nibiru y fotografiar el cuerpo celeste. Una vez realizada la primera fase de la misión, la nave Siloe invirtió de nuevo su rumbo y se acercó a La Tierra para transmitir sus imágenes a la base de observación espacial del Vaticano en Alaska, la cual empezó a recibir la información de Siloe en octubre de 1995.
Las tomas fotográficas de la nave vaticana revelaron la realidad de un planeta de dimensiones enormes en rumbo de aproximación hacia la Tierra. Esta información secreta se consideró muy peligrosa, ordenándose inmediatamente desde el Vaticano la clasificación de "secretum omega" con nivel 1, es decir, el máximo secreto, para el expediente vaticano Nibiru.
¿Es Hercóbulus una Intoxicación vaticana y de las sociedades secretas? Se ha intentado asociar al Planeta X con Ajenjo, el cuerpo celeste del que se habla en la Biblia en el libro de Apocalipsis. Pero Ajenjo es descrito en Apocalipsis más bien como la caída de un gran meteorito a la Tierra, y no como un planeta que se acerca y que después pasa de largo, causando ciertos desequilibrios. Ambos casos no coinciden como si fueran el mismo caso.
De hecho, en los supuestos informes del SIV, servicio secreto vaticano, previos al envío de la nave Siloe, se hablaba que dicho planeta, Hercóbulus, estaba habitado por seres extraterrestres muy belicosos para los habitantes de la Tierra. Pero si el Planeta X se ha descrito como un cuerpo tóxico, ardiente, que va sembrando lluvias de bolas de fuego y de nubes venenosas de polvo rojo, piedras y rocas, entonces no tiene cabida alguna en ese supuesto planeta ningún tipo de vida para civilización alguna. Esta contradicción, además de la procedencia de la fuente, el Vaticano, nos pone en guardia acerca del asunto del planeta X.
En 1997, el padre jesuita Malachi Martin, un sacerdote muy cultivado y bien relacionado, conocedor del Tercer Secreto de Fátima, y con acceso al Papa, explicó en algunas entrevistas, que el planeta Hercóbulus causaría millones de muertos dentro de una década. Pero el padre Martin falleció súbitamente en 1999, y muchos piensan que quisieron silenciar al jesuita que se fué de la lengua, ya que la hecatombe que se oculta en el Tercer Secreto de Fátima podría estar relacionada con el planeta X.
En 1997, el padre jesuita Malachi Martin, un sacerdote muy cultivado y bien relacionado, conocedor del Tercer Secreto de Fátima, y con acceso al Papa, explicó en algunas entrevistas, que el planeta Hercóbulus causaría millones de muertos dentro de una década. Pero el padre Martin falleció súbitamente en 1999, y muchos piensan que quisieron silenciar al jesuita que se fué de la lengua, ya que la hecatombe que se oculta en el Tercer Secreto de Fátima podría estar relacionada con el planeta X.
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