Debajo de la plaza que está frente al teatro nacional Habima de Tel Aviv (Israel) se dieron los toques finales a un nuevo lugar que no será un espacio recreativo, sino un refugio público para ser utilizado en caso de bombardeos, particularmente por parte de Irán. Son cuatro plantas subterráneas con capacidad para 2.000 personas que forman parte de la infraestructura de defensa civil de la ciudad de Tel Aviv.
Las autoridades municipales ordenaron fortalecer los refugios y reforzar los servicios de emergencia en momentos de creciente tensión con Irán y grupos militantes de la Franja de Gaza. El Centro Médico Sourasky de Tel Aviv, en tanto, cuenta con un refugio de emergencia totalmente equipado con tanques de oxígeno y agua, además de baterías para utilizar en caso de que se interrumpa el suministro de electricidad.
El hospital subterráneo, construido hace un año, tiene autonomía para funcionar durante siete días.
Los líderes israelíes insinuaron que podrían perpetrar un ataque contra las instalaciones nucleares de Irán, mientras las autoridades militares estadounidenses insisten en que Israel debe esperar hasta que las últimas sanciones económicas surtan efecto.
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